Dado el riesgo inminente que representaba para los vecinos, un corralón donde se almacenaba y comercializaba materiales de reciclaje, fue clausurado en bulevar El Tajito, al trabajar sin las mínimas medidas de seguridad, ni contar con licencias de funcionamiento, ni plan de Protección Civil que garantice una respuesta adecuada ante una eventual emergencia o siniestro.
El director de Inspección Verificación Municipal, Raúl Rodríguez García, informó que la acción estuvo a cargo de elementos de la dependencia quienes de esta manera brindan seguridad a los vecinos y a los negocios cercanos al área de riesgo en esta concurrida avenida.
Durante la revisión efectuada, los inspectores encontraron desorden en el almacenamiento de los materiales, gran parte de ellos fácilmente inflamables, plástico, papel, cartón, botellas de aceite y depósitos de otros productos susceptibles a ocasionar fuego de manera espontánea e incendios, como recipientes de aerosoles y baterías de vehículo, entre otros.
A los propietarios de estos negocios, Protección Civil les ha explicado que el fuego puede generarse de forma espontánea debido al calor acumulado y a los vapores propios de estos productos, a fin de que puedan eliminar los riesgos y adopten las medidas preventivas necesarias.
Por lo anterior, personal de Inspección y Verificación realiza recorridos para comprobar que los negocios dedicados al reciclaje cuenten con los permisos y protocolos de seguridad y así evitar que se produzcan incendios.
Recordó que apenas la noche de este 15 de septiembre el Cuerpo de Bomberos se movilizó tras el reporte de incendio en una recicladora ubicada en la colonia Santa Sofía de Torreón.
Se trató de la recicladora Sumaexpress, situada sobre el bulevar La Libertad y carretera a Mieleras, misma que ardió en llamas por segunda ocasión en menos de cuatro meses.
En esa vez el fuego consumió desperdicio de tela, plástico, madera y cartón, mientras que en el siniestro registrado en mayo se dijo que los montacargas del lugar estaban fallando y uno de estos generó un chispazo, que alcanzó los cartones apilados.
– Torreón ¡Siempre Puede! –
